Parte del estado de cosas para la ciencia que trabaja actualmente en “modo contrarreloj” es distinguir prioridades y dotar del mayor conocimiento a la emergencia científica, económica y sociocultural que signó al mundo entero desde que llegó la pandemia por COVID-19.
Incluso profundizar algunas líneas de investigación que la ciencia ya venía estudiando y que esta peste global puso nuevamente en la picota: por ejemplo, la relación entre el daño neurológico y los virus, que no es nueva y que ya se había establecido en otras epidemias originadas por la familia de los coronavirus. Ya en el año 2004 se vinculó al Accidente Cerebro Vascular (ACV) con las epidemias de SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Grave) y luego con la de MERS (Síndrome Respiratorio de Oriente Medio) en 2012. E incluso también existe evidencia de esta relación en cuadros virales más frecuentes como las gripes habituales.
Un nuevo estudio científico publicado en la destacada revista médica Journal of the American Medical Association (JAMA) advirtió sobre los síntomas neurológicos y el COVID-19 en una investigación que incluyó a 214 pacientes hospitalizados por coronavirus en China.
Las manifestaciones neurológicas que se evidenciaron entre el grupo de los 214 pacientes infectados se clasificaron en tres categorías: manifestaciones del sistema nervioso central (mareos, dolor de cabeza, alteración de la conciencia, enfermedad cerebrovascular aguda, ataxia y convulsiones); manifestaciones del sistema nervioso periférico (alteraciones del gusto, del olfato, de la visión y dolor nervioso) y esquelético; y manifestaciones de lesiones musculares. Cabe señalar que en el caso argentino las alteraciones de gusto y olfato han sido incorporadas por sus autoridades sanitarias locales para ampliar la definición de caso de coronavirus.
Al respecto, la precisión del prestigioso neurocirujano argentino Pedro Lylyk sobre la relación entre coronavirus y daño neurológico fue contundente: “Lo primero que hay que tener en claro es que el COVID-19 afecta al sistema nervioso central, los nervios periféricos y sus músculos. Y lo segundo, como idea colateral pero también fundamental, es que, en este tiempo de aislamientos o cuarentenas obligatorias y masivas, para los pacientes con síntomas de ACV o infarto de miocardio eso significa altas posibilidades de muerte o discapacidad”.
El estudio que amplificó el tema
Fue un estudio publicado en JAMA de los Estados Unidos, realizado en la ciudad china de Wuhan —epicentro del brote pandémico— y apoyado por médicos infectólogos del Mount Sinai Health System, de Nueva York, además de centros médicos de California y Virginia, el que advirtió sobre los nuevos síntomas o signos neurológicos que provoca el virus SARS-CoV-2.
El mapa mundial del coronavirus revela a fecha de hoy, más de 63 millones de infectados y más de 1,4 millones de muertos en todo el mundo. Los países más afectados siguen siendo EE. UU., Italia, España, Francia, Reino Unido y Alemania, entre los que lideran la lista. En América, donde los contagios siguen creciendo, resultan preocupantes las cifras que muestran Argentina, Colombia y México.
Sabemos que el ACV oscila entre la segunda y tercera causa de muerte en el mundo entero y en el caso argentino es la primera causa de discapacidad en adultos.
Infobae consultó a Pedro Lylyk, director general del Equipo de Neurocirugía Endovascular y Radiología Intervencionista (ENERI) y director del Departamento de Neurociencias de la Clínica La Sagrada Familia sobre los síntomas y/o consecuencias neurológicas que podrían derivarse en algunos pacientes infectados con COVID 19. Estas fueron sus respuestas.
¿Cómo analiza doctor Lylyk, a partir del último estudio que se publicó en la revista médica JAMA y por el comportamiento que se ha podido estudiar hasta hoy respecto de cómo actúa el virus en el organismo, de que algunos de los síntomas y daños de COVID-19 sean signos neurológicos? ¿Qué significa esta sintomatología y por qué no estuvo antes descripta?
Como muchos otros virus, el coronavirus SARS-CoV-2 tiene afinidad con las células del sistema nervioso central, debido a que se une a las células que expresan el receptor ACE2 en su superficie, y justamente el sistema nervioso es rico en estos receptores.
El virus afecta el sistema nervioso central, los nervios periféricos y músculos. A nivel del sistema nervioso central produce entre los síntomas más frecuentes: cefalea, mareos, confusión, alteración del estado de conciencia, ACV e infrecuentemente convulsiones. A nivel del nervio periférico es responsable del compromiso del nervio olfatorio y por eso genera anosmia (falta de olfato). Y a nivel muscular genera daño del músculo, generando intensos dolores.
De los 214 pacientes que fueron estudiados en el estudio de JAMA (con una edad promedio de 52 años) con COVID-19: 126 pacientes (58,9%) tenían infección no severa y 88 pacientes (41,1%) tenían infección severa de acuerdo con su estado respiratorio. Y de ese grupo, 78 pacientes (36,4%) tuvieron manifestaciones neurológicas. En comparación con los pacientes con infección no grave, los pacientes con infección grave eran mayores, tenían más trastornos subyacentes, especialmente hipertensión, y mostraban menos síntomas típicos de COVID-19, como fiebre y tos. Los pacientes con infección más grave tenían manifestaciones neurológicas, como enfermedades cerebrovasculares agudas, alteración de la conciencia y lesión del músculo esquelético, indicó el estudio preliminar publicado en JAMA.
El estudio publicado en JAMA aseveró que la manifestación de síntomas neurológicos se dio en el 36% de los pacientes infectados por COVID-19 ¿Cuál es concretamente la relación entre daño neurológico y coronavirus?
Es una alta proporción de pacientes con síntomas neurológicos, aproximadamente 1 de cada 3, y los hay desde menores síntomas como cefalea hasta más graves como ACV.
Las convulsiones fueron infrecuentes (0.5%). Algunos de estos síntomas han sido originados por efecto directo del virus sobre la neurona y otros responden al estado inflamatorio generado por el virus en el organismo. Hay síntomas más precoces como la anosmia y otros más tardíos como el ACV que responde al estado proinflamatorio.
¿Existen antecedentes con otros virus en donde se los haya vinculado con síntomas y consecuencias neurológicas? ¿Cuáles son?
Varios de estos síntomas ya han sido descriptos en otros cuadros virales por otros coronavirus, como en las epidemias de SARS y MERS. Incluso pueden verse también en cuadros virales más frecuentes como las gripes habituales. En el año 2004, concretamente, se vinculó al ACV con las epidemias de SARS y luego con la de MERS en 2012. Por lo tanto, no se trata de una asociación desconocida por nosotros, como tampoco, por ejemplo, la vinculación del ACV luego de cuadros infecciosos virales o bacterianos en general.
Recientemente, causó bastante impacto el caso de compromiso de una mujer de 58 años que falleció por COVID-19, con un cuadro de encefalitis necrotizante hemorrágica, similar a otros descriptos por otros virus como el herpes.
La relación entre virus y daño neurológico es conocida y se vincula por ejemplo con virus de la gripe, la rabia, herpes zóster entre otros. Una preocupación presente en todo el mundo y compartida con nuestros colegas cardiólogos es que durante esta pandemia disminuyeron las consultas por infarto de miocardio y ACV, pero las muertes por causas cardiovasculares, por ejemplo, solo en la ciudad de Nueva York aumentaron un 800%. Creo que con síntomas de ACV o infarto de miocardio quedarse en aislamiento obligatorio significa altas chances de muerte o discapacidad.
Fuente: una investigación de Daniela Blanco publicada en www.infobae.com
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