Un niño pequeño recibe una segunda oportunidad para vivir una vida saludable. Algo así de simple, pero trascendente, fue lo que el doctor de la red VSP Adam P. Rubin, O.D., recordará por siempre. La madre del niño de nueve años, a quien llamaremos Jimmy, lo llevó al consultorio del doctor Rubin para un examen de la vista periódico.

Durante varios meses se había quejado de graves dolores de cabeza y de tener la visión borrosa en el ojo derecho. Una tomografía computarizada (radiografía del cerebro) reciente no había mostrado nada raro y el médico clínico de Jimmy atribuía sus dolores de cabeza a una sinusitis.

Entonces, el Dr. Rubin empezó con el examen visual, pero enseguida se preocupó. “Inmediatamente, noté que su pupila derecha no respondía a la luz”, recuerda. “Esto era alarmante, así que me concentré más en el ojo derecho”.

Al examinar en más profundidad, el oftalmólogo vio algo más preocupante. “El nervio óptico estaba completamente decolorado, un signo que puede indicar la presencia de un tumor en el área. Un tumor o bulto grande puede presionar el fondo del ojo, provocando que el nervio óptico pierda el color.”

El Dr. Rubin programó una cita para Jimmy con un neurólogo. El especialista no tardó en encontrar al verdadero culpable —no era sinusitis sino un tumor junto a la glándula pituitaria del niño—.

El tumor, cuyo término médico es craniofaringioma, era benigno pero si no se controlaba podía terminar siendo todo lo contrario. Eso es debido a que los bultos como estos se agrandan y pueden presionar el cerebro, de manera que pueden ser fatales.

Poco tiempo después, Jimmy se sometió a una cirugía y actualmente está muy bien, en la escuela y en la vida.

En cuanto al Dr. Rubin, nunca olvidará el día que el neurocirujano del niño lo llamó para felicitarlo por “salvar una vida”. Indudablemente, los optometristas no suelen ocuparse de los aspectos más temibles y amenazantes del cuidado de la salud. Pero, como dice el Dr. Rubin, nunca se sabe. Eso es porque nuestros ojos ofrecen una perspectiva única sobre nuestros cuerpos. Un especialista en la atención de la visión puede ver cosas que otros doctores no.

Al respecto añade el Dr. Rubin: “Cualquier enfermedad puede manifestarse durante un examen visual. Por eso es importante realizarse un examen anual  —no solo para tener una buena visión, sino para controlar la salud en general—”.

La facultad de optometría prepara a los futuros doctores para que vean más allá del examen de la vista. El Dr. Rubin comenta: “En la universidad me enseñaron a encontrar signos y síntomas de problemas médicos durante los exámenes que incluyen enfermedades raras tales como tumores cerebrales.” Para este niño y muchos otros más, esa capacitación valió la pena.

¿Existen distintos tipos de exámenes visuales?

Durante el examen de reconocimiento general que realiza el especialista en el cuidado de la vista, este podría preguntar por tu historial médico y si has tenido algún problema visual recurrente. A partir de ello, te realizarán una serie de pruebas de visión para determinar tus necesidades visuales y evaluar tu salud visual. Hay distintos tipos de exámenes y controles de la visión, apuntamos aquí tres de ellos:

Examen visual completo.  Lo realiza un oftalmólogo e incluye una serie de test de rutina (glaucoma, precisión, refracción, entre otros) que no solo sirven para saber qué tan bien puedes ver, sino también para detectar enfermedades o problemas de visión.

Examen de diagnóstico o de seguimiento. Si el oftalmólogo detecta algún problema durante el examen visual completo, te podría pedir que regreses para un examen visual de seguimiento, para hacer test adicionales.

Examen visual previo a la obtención de la licencia para conducir o test de visión para las escuelas. Estas son pruebas de visión básicas para saber qué tan bien puedes ver y determinar si necesitas visitar a un oftalmólogo para anteojos o lentes de contacto recetados para corregir la visión. Estos tipos de pruebas básicas no sustituyen un examen visual completo hecho por un oftalmólogo.

Factores como la edad, un historial familiar de problemas de visión o ciertas condiciones médicas pueden conducirnos a efectuar visitas más frecuentes; no obstante, lo importante será que te evalúen aunque no presentes riesgos. La prevención salva vidas.

Fuente: es.vsp.com

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