Un estudio reciente sugiere que las personas a quienes se les hicieron radiografías dentales, son las más propensas a desarrollar un tipo de tumor cerebral llamado meningioma, a diferencia de aquellas que no se las realizaron.

En función de la edad de los que se efectuaron los exámenes, se estableció que a quienes se practicaron una vez al año o con aun mayor frecuencia, fueron entre un 1.4 a 1.9 veces más propensos a desarrollar un meningioma. De otra parte, los participantes del estudio que se realizaron exámenes Panorex -antes de la edad de 10 años-, tuvieron un riesgo 4.9 veces mayor de tener un meningioma.

En otro estudio realizado en la Universidad de Pittsburgh, basado en una muestra de 343 pacientes, se evaluó el rol potencial de riesgos ambientales, incluyendo el factor de la exposición a radiación terapéutica de diagnóstico y a celulares que emiten radiación no ionizante, como elementos a tener en consideración en la etiología de Schwannomas vestibulares.

Los investigadores determinaron que el único factor asociado con un riesgo mayor de generar el neurinoma acústico lo constituía la exposición a Rayos X dentales una vez al año (aOR = 2.27, 95% CI = 1.01–5.09), y en menor grado una vez cada 2-5 años. De interés estadístico únicamente, pero en mínimo porcentaje, aquellos expuestos a tomografías. Ninguna relación se encontró en cuanto al uso de celulares o teléfonos inalámbricos y el aparecimiento de un neuroma acústico.

El estudio mostró también que los pacientes con neuromas acústicos reportaron en modo significativo más exposición a Rayos X dentales que el grupo de control. El reducir la frecuencia de estos podría disminuir el riesgo potencial de Schwannomas vestibulares.

Investigadores especializados en el ramo han expresado la preocupación de que incluso con las dosis más bajas, las personas todavía obtienen radiografías dentales con mayor frecuencia de la recomendada por la Asociación Dental Americana (ADA, por sus siglas en inglés).

De acuerdo a los lineamientos de ADA  sobre las radiografías dentales, se recomienda:

• En el caso de adultos sin caries, cada dos o tres años; esto no aumenta el riesgo de caries, lo cual no es nuevo para su dentista tratante
• Para los niños sin caries, una o dos veces al año; en quienes no representa un riesgo mayor

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