Ya sea que se trate de carritos de supermercado repletos de suministros de emergencia o de charlas constantes en la escuela sobre la propagación de gérmenes, nuestros hijos están viendo y escuchando sobre el coronavirus (COVID-19). Con actualizaciones minuto a minuto, no sorprende que esta avalancha de información esté causando mucha ansiedad y preocupación en nosotros, así como en nuestros hijos.

Si tienes dificultades para hablar con ellos sobre el coronavirus, no estás solo. Para ayudarte a comenzar con esta conversación crítica, solicitamos a expertos en psicología infantil y prevención de enfermedades que nos brinden algunos consejos sobre cómo hablar con los niños de manera que puedan entender y al mismo tiempo aliviar su ansiedad sobre COVID-19.

Estos consejos para conversaciones saludables con su hijo sugieren que:

• Alivie primero su propia ansiedad.
• Sostenga la conversación con prontitud.
• Aprenda lo que su hijo ya sabe.
• Sea empático.
• Proporcione información basada en hechos y fomente una buena higiene familiar.
• Mantenga un diálogo apropiado a su edad.
• Desarrolle una rutina diaria.
• Observe con atención el avance de los niveles de estrés de su hijo.

Verifique su nivel de ansiedad primero

Con toda la cobertura de los medios informando sobre las muertes por el coronavirus, es muy común que los adultos tengan ansiedad, y es bastante comprensible que los niños estén preocupados por ellos mismos y sus padres, dice la Dra. Roseann Capanna-Hodge , experta en salud mental pediátrica y psicóloga.

Los niños siguen los ejemplos de sus padres

Los padres deben ser honestos con ellos mismos acerca de sus propios miedos, sostiene la psicóloga clínica Tamra Chansky, Ph.D. 

En su práctica privada, ha tenido muchos casos de niños compartiendo que la noticia del coronavirus es de lo que sus padres más están hablando a la fecha. “Los niños no estaban tan preocupados hasta que vieron a sus padres en una espiral de miedo”, acota la experta.

“Los niños verán las expresiones de sus padres tanto como si escucharan sus palabras, y los adolescentes especialmente mirarán a sus padres como modelos a seguir para hacerle frente a la crisis”, dice Chansky. Es por eso que ella sostiene que es esencial que los padres comprueben sus temores, actúen con prudencia y no permitan que sus sentimientos de miedo guíen su proceder.

Las mejores acciones son lavarse las manos de manera simple y mantener el sistema inmunológico libre para funcionar, durmiendo lo suficiente y manteniendo bajos los niveles de estrés. “El pánico es parte del problema, nunca parte de la solución”.

No esperes demasiado para iniciar la conversación 

Como padres, a menudo, nuestro primer pensamiento es proteger, incluso si eso significa minimizar la situación. Pero en casos como este, ser honesto y proporcionar información objetiva es la mejor defensa de los padres.

“Los niños generalmente pueden sentir cuando hay estrés en el hogar, por lo que sugiero que insinúe la discusión de manera proactiva”, dice el Dr. Rishi Desai, MD, Director Médico de Osmosis y exoficial del servicio de inteligencia epidémica en la división de enfermedades virales en el Centro de Control y Prevención de Enfermedades.

Determine lo que sabe su hijo

Pídale a su hijo que le cuente lo que sabe sobre el coronavirus. Anímelo a compartir todo lo que haya escuchado o leído, incluso si piensa que es un rumor. Es posible que usted desee anotar lo que dicen, especialmente si tiene más de un hijo.

La información que recopile de esta conversación puede ayudarlo a determinar qué hechos debe compartir primero.

Sea empático y no descarte sus miedos

Los miedos de su hijo pueden parecer irracionales o poco realistas para usted, pero eso no significa que ellos los vean como reales o válidos. Antes de hablar sobre hechos, escuche sus preocupaciones y no descarte sus miedos. Al escucharlos, podrá determinar cómo debe dirigir la conversación.

“A través de la conversación, deseas escuchar lo que les preocupa, por eso es esencial atender y no ‘aturdir’ a tu hijo, para que puedas entender mejor lo que siente”, dice Capanna-Hodge.

“A veces, las preocupaciones de los niños son válidas y otras veces pueden basarse en información falsa, por lo que hablar al respecto ayuda a los padres a saber qué siente realmente su hijo”, agrega.

Cumplir con los hechos

Esto puede parecer obvio, pero la información que comparte con sus hijos debe provenir de una o dos fuentes. Esto puede ayudar a minimizar la confusión y también les enseña a cómo buscar fuentes precisas.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades , así como la Organización Mundial de la Salud (OMS), son dos agencias confiables. Para comenzar, aquí incluimos cinco datos que el Dr. Desai recomienda que los padres compartan con sus hijos sobre el coronavirus (COVID-19).

• COVID-19 causa muchos de los mismos síntomas que la gripe (tos, fiebre, falta de aire), pero puede ser más grave (generalmente en personas mayores).
• Es importante que cualquier persona con estos síntomas vea a un profesional médico, use una máscara para no infectar a otros y/o simplemente se quede en casa.
• COVID-19 es causado por un virus que se propaga principalmente cuando las personas tosen y estornudan.
• Lavarse las manos y no tocar su “Zona T” (ojos, nariz y boca) puede reducir la posibilidad de contraer COVID-19.
• Existen tratamientos para COVID-19.

Mantenga la información apropiada para la edad

Los niños más pequeños pueden necesitar proximidad física mientras hablas con ellos. Considera tomar su mano o sentarte junto para que estén a la altura de tus ojos.

La forma en que lo discutas será diferente según la edad del niño. El doctor Desai le planteó la discusión de este tema a su hijo de tres años de esta forma: “Vimos a una persona con una máscara y le expliqué que algunas personas que están enfermas usan máscaras para que los gérmenes no se propaguen al toser o estornudar”.

“Hablamos también sobre toser y estornudar como lo haría ‘drácula’ en el hueco de su codo, y cómo ese lavado de manos frecuente ayuda a eliminar los gérmenes. También conversamos sobre lo importante que era comentarle a sus maestros de guardería y a nosotros si no se sentía bien”.

Si tus hijos son adolescentes, el mejor enfoque es hablarles sobre el hecho de que COVID-19 causa muchos de los mismos síntomas que la gripe, pero que en algunas personas (principalmente los ancianos) estos pueden ser mucho más graves. Además, haga especial hincapié en la importancia de practicar una buena higiene así como sobre lo imperativo de quedarse en casa y no asistir a la escuela o a practicar deportes si no se sienten bien.

Hable acerca de apegarse a una rutina

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que las familias mantengan sus rutinas y horarios regulares tanto como sea posible. Si es necesario realizar cambios, enmarque la conversación con una actitud positiva.

Estar al tanto de su comportamiento

Muchos niños luchan para expresar sus miedos y preocupaciones verbalmente. Esto a menudo puede conducir a cambios en el comportamiento. “Dependiendo de la edad de su hijo, pueden o no tener las habilidades de comunicación para decir cómo se sienten, no obstante la mayoría de los niños y adolescentes muestran sus preocupaciones a través de su comportamiento”, señala Capanna-Hodge.

Los signos de estrés y ansiedad que deben buscar los padres incluyen dolores de cabeza, dolor de estómago o problemas para dormir.

¿Su consejo? “Esté presente y atento (eso implica evitar estar solo pendiente de su celular) y escuche lo que su hijo le esté diciendo. ¿Expresa ira y frustración con demasiada facilidad? ¿O tal vez ha notado que se aísla? Esas señales de comportamiento son claros indicadores de cómo se siente su hijo, y usted debe estar alerta de que ellos necesitan un mejor apoyo”.

Una recomendación final

Es importante que los niños escuchen información precisa y útil sobre el coronavirus ya sea de sus padres o de sus cuidadores, en lugar de creer en información engañosa o falsa de sus compañeros de clase o aquella obtenida en línea a través de redes sociales.

Aunque puede ser al principio difícil iniciar una conversación, tenga en cuenta que después, tanto usted como su hijo probablemente se sentirán bien y hasta cómodos, tras discutir las medidas proactivas que deben tomarse en el hogar tales como lavarse las manos, expresarle a los adultos si se sienten mal o escucharles con oportunidad ante temores e inquietudes que puedan surgir.

Fuente: un artículo de Sara Lindberg, M.Ed. para el portal www.verywellfamily.com

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