¿Ha recibido un diagnostico aterrador y siente que le espera un futuro incierto? ¿Cómo mantenerse fuerte ante una situación totalmente nueva para usted y los suyos?
Sin duda, muchas técnicas de autoayuda promueven paz, estabilidad y el sentido de propósito necesario para mantener un enfoque proactivo, positivo y saludable. Entre los preceptos más comunes constan los siguientes:
- No pierdas tiempo con la autocompasión. Sentir pesar por uno mismo es autodestructivo e impide que lleves una vida plena. Además de una pérdida de energía y armonía vital, es uno de los defectos más infelices que conozcamos y que más nos carcomen, en tanto genera emociones negativas, sentimientos estériles que no conducen a ninguna parte y que terminan casi siempre por destruir las más sólidas relaciones interpersonales. La clave está en afirmar y reconocer las cosas buenas que nos ofrece la vida y en apreciar con sinceridad lo que tenemos. El objetivo de cara a una vida feliz y equilibrada es cambiar la autocompasión por la gratitud.
- Cambia la ira por la gratitud. Numerosos estudios confirman el enorme impacto que tiene la gratitud para el bienestar emocional y la felicidad de las personas. Por ejemplo, en el trabajo liderado por el Profesor Toepfer, miembro de la Kent State University, se pudo determinar cómola redacción y escritura de cartas de agradecimiento incrementaba la felicidad y la satisfacción vital de los emisores, mientras que paralelamente disminuían los síntomas de depresión presentes en los participantes. Algo tan sencillo como escribir un pequeño reconocimiento antes de ir a dormir o al levantarte por la mañana, puede ser la pauta que marque la diferencia al momento de conseguir ser plenamente feliz.
- No cedas tu poder. Las personas suelen entregar su poder de autonomía cuando les faltan linderos físicos y emocionales. Deberá por ello tratar de valerse por sí mismo y poner un límite de ser necesario. Si otras personas son las que controlan sus acciones, ellos definen su éxito y valía. Es importante mantener, en la medida de lo posible, el control de sus acciones. El seguimiento de las acciones que conllevan a sus metas y objetivos de recuperar tanto la salud como el bienestar lo mantendrán alerta y con sentido de propósito.
- No temas el cambio. Existen cinco etapas constitutivas, claramente establecidas, dentro de un proceso de cambio. A saber: precontemplación, contemplación, preparación, acción y mantenimiento. Vivir conscientemente cada paso o etapa es crucial, a pesar del temor que este pudiera generarle a cada individuo. Cuanto más se espera, pretendiendo distanciarse de la verdad, más difícil se vuelve luego la toma de decisiones.
- No se enfoque en lo que no puede controlar. Cierto es que muchos se sienten más seguros teniéndolo todo bajo control; pero asimismo, pensar que todo es controlable es per se problemático y termina por convertirse en una segura fuente de ansiedad, en la que muchos lejos de controlarse, tratarán de controlar el ambiente. Cambiar el enfoque hacia aquellas cosas que sí se pueden realizar genera alegría, positivismo, entusiasmo; reduce el estrés, mejora las relaciones humanas, establece nuevas oportunidades e indudablemente conduce al éxito sostenido.
- No se preocupe por complacer a todos. Muy a menudo nos juzgamos a partir de lo que los otros piensan de nosotros, hecho que resulta antagónico frente al sano desarrollo de nuestras capacidades personales y aun de nuestra fortaleza mental. Hay cuatro situaciones asociadas a una conducta permanentemente complaciente: resulta una pérdida de tiempo; se expone de modo innecesario a la antojadiza manipulación por parte de terceros; excluye de la natural necesidad de sentirse enojado o decepcionado en situaciones concretas; y, devela la imposibilidad de complacer a todos, todo el tiempo. El tener consciencia de estos hechos lo hará más fuerte e incrementará su nivel de autoconfianza.
- Pierda el temor de tomar riesgos calculados. Los individuos con frecuencia tienen miedo de tomar riesgos, sean estos financieros, emocionales, sociales o incluso con relación a su salud. Sin embargo, todo depende del conocimiento. La falta de este, torna difícil calcular el riesgo y de suyo aumenta el temor.
Para analizar el riesgo –en cualquier ámbito– hágase las siguientes preguntas:
- ¿Cuáles son los costos potenciales?
- ¿Cuáles son los potenciales beneficios?
- ¿Cómo me ayuda a lograr mis objetivos?
- ¿Cuáles son las alternativas?
- ¿Cuál es el mejor escenario?
- ¿Cuál es el peor escenario?
- ¿Cuánta incidencia tendrá esta decisión en uno o cinco años?
- No permanezca en el pasado. Lo pasado, pasado está. No hay forma de cambiar cuanto hallamos hecho, dicho o realizado. Además de resultar autodestructivo, esto nos impide disfrutar a plenitud el presente y planificar con serenidad el futuro. No resolver sus problemas podría llevarlo a vivir una depresión constante.
- No repita los mismos errores una y otra vez. Reflexionar sobre sus acciones puede ayudarle a evitar repetir los mismos errores. Analice porqué se equivocó y de este modo en una próxima ocasión, procederá de modo diferente. Personas con mentalidad fuerte asumen responsabilidad por sus errores y crean un plan escrito, bien pensado. para alejarse de caer en el mismo error a futuro.
- No se resienta ni se ofusque ante el éxito ajeno. El resentimiento es como la ira: suele permanecer escondido y embotellado, dañando el corazón, limitando sus sueños y aspiraciones. El enfocarse en el éxito ajeno no le permitirá encontrar el camino propio. Trace por ello su propia ruta de autorrealización, crecimiento y desarrollo. Usted es plenamente capaz de ser feliz y exitoso.
11. No se dé por vencido. Si bien el éxito no es inmediato, el fracaso es un obstáculo que se debe sobreponer con determinación. Pensar que el fracaso es inaceptable o que no eres lo suficientemente bueno no refleja en nada fortaleza mental. Levantarse tras una caída es lo que lo volverá cada vez más fuerte.