Durante el desarrollo del sistema nervioso en el interior del útero materno tiene lugar un proceso por el cual las neuronas viajan desde su posición de nacimiento al lugar en el que van a desempeñar su función. Este proceso se conoce como migración neuronal.
Gracias a la ayuda de otras células, estas neuronas conocen el lugar al que «están destinadas». Una vez alcanzada la posición, los axones de las neuronas pueden continuar creciendo hasta alcanzar lugares más lejanos y establecer conexiones sinápticas por todo el cerebro.
El desarrollo del sistema nervioso
En el proceso de división celular hay una fase en la que el embrión tiene tres capas germinales diferenciadas: endodermo, mesodermo y ectodermo. Del primero se crearán los órganos internos, del mesodermo los huesos y músculos, y del ectodermo la piel y el sistema nervioso.
Posteriormente, el ectodermo se convertirá en una placa oval que, al plegarse, dará lugar a una hendidura, llamada surco neutral, del que se creará el tubo neural. Así, de las crestas resultantes que quedan fuera del surco, se desarrollará el sistema nervioso periférico.
En el primer mes de gestación, el tubo neural se divide en tres partes: dorsal, media y anterior. Estas áreas terminarán siendo el prosencéfalo (hemisferios cerebrales, diencéfalo y ganglios basales), mesencéfalo y tronco cerebral; y la tercera, el rombencéfalo (cerebelo, puente y bulbo raquídeo), respectivamente.
Migración neuronal
Aunque por migración se entiende el desplazamiento de las células a su lugar de destino, se diferencian en este proceso tres fases. La primera de proliferación celular, donde se forman miles de millones de células indiferenciadas con el objetivo de proveer de recursos al desarrollo.
En la segunda fase, migración neuronal, aquellas que se desplacen serán las que se convertirán en neuronas y establezcan conexiones sinápticas. El resto servirán de soporte y afianzarán las redes para que se conecten de forma óptima.
La mayor parte de la migración neuronal se da con las células del tubo neural. Estas, con la ayuda de las glías radiales y moléculas de adhesión, se desplazan hasta alcanzar su posición en el tubo neural para conformar las distintas partes del sistema nervioso.
En cuanto a las células de la cresta radial, son las moléculas de la matriz extracelular las que guían el camino. Por un lado, pueden seguir la vía dorsolateral, llevándolas a diferenciarse en células no neurales. Y, por otro, la vía ventral, que determinará células del sistema nervioso periférico y de la médula suprarrenal.
Por último, la fase de diferenciación y organización, consiste en la transformación de neuronas específicas de cada región. Es en este momento cuando, con la ayuda de factores trópicos y de crecimiento, las células comienzan a desarrollar sus dendritas y axones, para poder establecer conexiones con otras neuronas.
Alteraciones
En cualquiera de estas fases, alguno de los mecanismos puede fallar y dar lugar a graves problemas del desarrollo del sistema nervioso. Es decir, puede provocar graves trastornos neurológicos. Estos trastornos, que van acompañados de retraso neurológico grave, hipotonía y, generalmente, de espasmos o epilepsia, son:
• Esquizencefalia. Es la malformación más severa y es la consecuencia de una falta de desarrollo del manto cortical.
• Lisencefalia. Es un trastorno de la corteza cerebral por el cual no aparecen giros o son escasos y amplios. Además, es más delgada de lo habitual y solo presenta tres capas.
• Paquigiria. Esta condición menos severa provoca giros cerebrales escasos y amplios y relacionados con un adelgazamiento de la corteza cerebral.
• Polimicrogiria. En este caso, la corteza cerebral presenta un gran número de pequeños giros. Además, la corteza cerebral presenta cinco capas, de las cuales las cuatro primeras muestran anormalidades.
• Heterotopias neuronales. Es el trastorno menos severo, aunque suele acompañar a otros. En este caso, se presentan acumulaciones de neuronas en zonas que no corresponden, porque no llegaran a su destino en la migración.
• Agenesia del cuerpo calloso. No constituye un trastorno en sí misma, pero puede acompañar a los trastornos anteriores. Da lugar a la ausencia total o parcial del cuerpo calloso, dejando a los hemisferios cerebrales separados y no conectados.
Estas alteraciones, que suelen darse entre el segundo y quinto mes de gestación, pueden venir determinadas genéticamente o causadas por agentes externos. Entre estos agentes externos encontraríamos: infecciones, sustancias tóxicas, radiación, etcétera.
Fuente: un artículo de María Vélez para www.lamenteesmaravillosa.com
Gamma Knife Center Ecuador: pioneros de la tecnología del futuro, a la vanguardia de la radiocirugía cerebral. ¡Desde 2011 irradiando calidad de vida! ¡Visítanos!