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Día Internacional del Físico Médico

Para crear conciencia sobre la profesión del Físico Médico, la Organización Internacional de Sociedades de Física Médica (IOMP, por sus siglas en inglés) celebra cada 7 de noviembre, el día internacional del Físico Médico. La fecha conmemora el nacimiento, el mismo día del año 1867, de Marie Sklodowska-Curie, pionera en el ámbito de la radiactividad y reconocida dos veces con el premio Nobel.

La física médica fue creada cuando los avances en la física pudieron ser aplicados en el área médica. Como tal es una rama de la física que aplica sus conceptos y métodos en el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades humanas. Está muy relacionada con la medicina, la electrónica, la informática y la ingeniería. Esta especialidad también llamada radiofísica hospitalaria incluye las áreas de Radioterapia, Radiodiagnóstico, Medicina Nuclear y Protección Radiológica.

Su finalidad es conseguir la seguridad y calidad de los tratamientos y procedimientos diagnósticos que impliquen el uso de las radiaciones (tanto ionizantes como no ionizantes), aplicando principios y protocolos aceptados de la física para asegurar la calidad, la cantidad y la administración adecuada de la radiación.

Esto incluye la protección del paciente y el resto de personas frente la peligrosidad potencial o exceso de radiación, el establecimiento de protocolos de dosimetría y control de calidad adecuados, la medida y caracterización de la radiación, la determinación de la dosis administrada, la realización o búsqueda de procedimientos para asegurar una buena calidad de imagen, el desarrollo de programas de garantía de calidad y la colaboración con el resto de profesionales de la salud implicados en la optimización del equilibrio entre el beneficio y el riesgo del uso de las radiaciones.

Funciones y responsabilidades de un físico médico

Lo esencial en la práctica clínica del físico médico consiste en optimizar el uso de las radiaciones para producir un procedimiento diagnóstico o terapéutico de calidad, y asegurar un alto estándar de calidad del servicio en el medio hospitalario.

A lo largo de los últimos años la física médica ha experimentado un fuerte desarrollo tecnológico, el cual se traduce en que:

• La radioterapia ha incorporado unidades de tratamiento con sistemas de imagen y técnicas de administración de la radiación mucho más precisas y complejas.

• El radiodiagnóstico ha pasado del uso de radiografías convencionales a los sistemas de imagen digital que permiten una gran calidad con una irradiación mínima al paciente.

• La medicina nuclear ha incorporado nuevos radiofármacos y se ha generalizado el uso de imágenes PET como herramienta fundamental del diagnóstico por la imagen.

• Los físicos médicos han contribuido decisivamente en todo este proceso de cambio y avance tecnológico.

Héroes anónimos: una semblanza

Aunque lo asume casi con rubor, José Pérez-Calatayud es uno de los 50 físicos médicos más relevantes del mundo en los últimos 50 años. Así lo señalaba la IOMP en 2013. Él insiste en que esta nominación es un “reconocimiento que recibe en representación a todos sus compañeros de profesión de España”.

¿Qué hace cada día un físico médico en un hospital? Se trata de una de las figuras menos conocidas para el público general y, sin embargo, tienen una función fundamental. Algunos se dedican a las pruebas de diagnóstico que utilizan radiaciones, como la mamografía, los TACS, etcétera. “El objetivo es conseguir el máximo de información con el mínimo de dosis”, expone Pérez-Calatayud. La idea es “minimizar la probabilidad no deseada de tumores inducidos con el paso de los años”.

El mismo principio de precaución se extiende al ámbito de la medicina nuclear, en la que se inyecta una sustancia radiactiva que se fija en un órgano para evaluar su funcionalidad. El objetivo es que sea “la mínima cantidad de material radiactivo, consiguiendo las características diagnósticas adecuadas”.

Otra faceta en el trabajo de un físico médico es la oncología radioterápica, en la que José Pérez- Calatayud está plenamente volcado. “Aquí ya no se trata de diagnóstico sino de terapia. Poner fuentes radiactivas y radiar zonas tumorales de forma que se eliminen las células malignas respetando al máximo los órganos y tejidos sanos de la zona”. Por ejemplo, en cáncer de mama, “hay que tratar la lesión, pero preservando el pulmón, el corazón y la mama sana. Si hablamos de lesiones de lengua, intentamos respetar las parótidas, la médula espinal…”.

De los tres años de especialización médica para que un físico trabaje en el hospital, por lo general uno se centra en las radiaciones para el diagnóstico y dos en la oncología radioterápica. “La evolución de la radioterapia en los últimos 10 años ha sido increíble. Ahora es notablemente mejor, más selectiva y más precisa”, apunta este notable físico español. Ahora, “la inmensa mayoría de los hospitales cuentan con el nivel más alto de tecnología para aplicar esta terapia”. Según cuenta el experto, se aplica con equipos muy sofisticados, los aceleradores lineales y la braquiterapia.

Precisamente la braquiterapia es el avance tecnológico más innovador en la especialidad de radioterapia. Cada vez más, esta tecnología está sustituyendo a las sesiones de radioterapia, no en todos los casos, sino en tumores de bajo riesgo. La ventaja es que se reduce el tiempo de tratamiento de unas cinco semanas a una y permite “preservar al máximo la zona sana”, remarca el experto español.

Es en este apartado donde Pérez-Calatayud, jefe de la Unidad de Radiofísica en Radioterapia del Hospital La Fe de Valencia, ha contribuido más decisivamente. Por eso fue el único seleccionado por la Sociedad Española de Física Médica para formar parte de la prestigiosa lista de los 50 físicos médicos con aportaciones más relevantes en su especialidad. Una lista que incluye ilustres personalidades que han contribuido al desarrollo científico y tecnológico de la Medicina, como es el caso más destacable del doctor Hounsfield, premio Nobel por su invención del TAC.

Dentro del grupo de Física Médica de la Universidad de Valencia, el físico médico del Hospital La Fe ha desarrollado y aplicado un código de cálculo de dosis de braquiterapia internacional (Monte Carlo) que han servido para caracterizar toda una serie de fuentes de tratamiento para pacientes.

Otros logros relevantes han sido la planificación en braquiterapia ginecológica con Resonancia Magnética y los Aplicadores Valencia para el tratamiento de carcinomas cutáneos, fundamentalmente de tipo basocelular, que se está utilizando en más de 100 centros de todo el mundo. El 90% de ellos, en EE.UU., en centros como la Clínica Anderson de Houston. Con este tratamiento, argumenta el especialista, “en pocos días, sin necesidad de cirugía, se eliminan las células malignas”. La gran satisfacción y “privilegio de nuestro trabajo es la concreción de la ciencia en un paciente. Con pequeños logros que consiguen grandes avances”. Y agrega: “Aquí vemos personas con diagnósticos graves, pero también te das cuenta de que cada año aumenta el número de personas que salen adelante”.

Como responsable de los principales grupos internacionales de trabajo de esta especialidad, ha contribuido a establecer un marco común internacional en el control de calidad de la braquiterapia que ahora es referencia en todo el mundo. Asimismo, ha estado involucrado en el proceso de elaboración de las recomendaciones mundiales para mejorar la calidad de los tratamientos y la formación de la braquiterapia.

Fuentes: fisicamedica.uc.cl / www.elmundo.es

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