Los pacientes con cáncer tienen una amplia variedad de necesidades emocionales y físicas. Pensando en ellos y en sus necesidades, usted querrá encontrar productos que combatan en parte los efectos secundarios de su tratamiento y faciliten un poco la recuperación de la cirugía; o simplemente adquirir artículos que les brinden comodidad y paz. De hecho, ciertas cosas están prohibidas durante el tratamiento de enfermedades catastróficas y otras deben evitarse porque pueden desencadenar reacciones negativas.

Estas son algunas de las cosas más comunes que bien vale la pena evitar en esta temporada navideña, junto con algunas opciones alternativas de obsequios que seguramente harán que cualquier paciente se sienta amado.

No compre flores. Las plantas y flores albergan esporas de hongos que colocan a los pacientes, especialmente a aquellos con trasplantes y terapia celular, en mayor riesgo de infección. Además, las flores pueden provocar angustia emocional cuando la planta se marchita y muere.

Compre flores de papel hechas a mano, flores de seda, flores de vidrio soplado a mano o ramos de frutas frescas; pero pida permiso a los médicos de cabecera antes de enviar un ramo de frutas frescas a un paciente que tuvo un trasplante o que recibió terapia celular.

No compre perfumes ni artículos de tocador aromatizados. La radiación y la quimioterapia alteran el sentido del olfato. Los olores que antes solían ser agradables pueden volverse insoportables, demasiado fuertes o provocar náuseas. No compre hisopos de glicerina de limón, ya que estos resecan los tejidos de la boca.

Compre lociones y bálsamos labiales sin perfume. La piel y los labios secos son un efecto secundario de la quimioterapia, por lo que las lociones y los lápices labiales son una excelente opción siempre que no tengan perfume.

No compre dulces ni golosinas. La mayoría de los pacientes tienen restricciones dietéticas o siguen pautas nutricionales que limitan el azúcar. Además, la quimioterapia o la radiación en la cabeza pueden alterar las papilas gustativas y causar llagas en la boca que dificultan la ingesta de ciertos alimentos.

Compre un certificado de regalo en un supermercado. De esta manera, ellos podrán comprar alimentos saludables y nutritivos cuando lo deseen.

No compre películas o libros tristes. Lo último que un paciente desea es sentirse deprimido en estas fiestas.

Compre una novela amena, una película divertida, un nuevo CD, una suscripción a una revista o una inscripción a un servicio de audiolibro. Todas estas opciones le ofrecerán a su amigo o ser querido un breve escape mental y emocional de su diagnóstico y tratamiento.

No compre globos. Las vejigas de látex o goma pueden desencadenar reacciones alérgicas. Además, los globos metálicos o de mylar no están permitidos en las unidades de cuidados intensivos (UCI), debido a la posible interferencia con los equipos médicos electrónicos.

Compre adhesivos de vinilo para decoración de ventanas o paredes, obras de arte o un marco bonito para colocar alguna foto especial.

No compre tarjetas impresas con mensajes comunes. Puede que esto no sea cierto para todos quienes padecen de cáncer, pero la frase “mejórate pronto” a veces puede recordar a los pacientes los meses o años de tratamientos y cirugías que tienen por delante.

Compre una tarjeta en blanco y redacte una sentida nota —escrita a mano—, o realice una manualidad por sencilla que esta sea. A veces, son los obsequios que no cuestan nada en absoluto los más preciados para un paciente que atraviesa una etapa complicada. Ser personal lo cambia todo: compartir su tiempo, sembrar alegría y mostrar su afecto sin fisuras es regalar esperanza.

Apuntes finales

Para quien padece de una enfermedad grave, la oportunidad de sentirse normal es un auténtico regalo. El mismo obsequio que darías a alguien que no estuviera pasando por un tratamiento de cáncer es una gran opción. Nadie mejor que tú para conocer ese detalle especial que puede hacer la diferencia.

Recuerda que lo más importante que puedes hacer y está en tus manos es apoyarle, brindarle mucho cariño y la atención que se merece en su día a día. Si tu amigo, ser querido o familiar está en esta situación, preocuparte por él, apoyarle, escucharle y ayudarle en estos momentos tan delicados por los que está atravesando supera todo lo material. ¡El mejor regalo eres tú mismo!

Fuente: un artículo publicado en el portal www.roswellpark.org

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