“La semana pasada, tuve una conversación con alguien que se lesionó la rodilla y necesitará una resonancia magnética (IRM). Su familia me expresó su preocupación por el procedimiento, así que traté de asesorarlos sobre qué esperar y cuánto dura el proceso. Esto me hizo pensar en las veces que me hice una IRM y las emociones que sentí antes de la exploración.
La primera vez fue cuando sufrí una conmoción cerebral durante una práctica de fútbol en mi segundo año de secundaria. No recuerdo mucho sobre el procedimiento, excepto la máquina en sí, que siempre me ha recordado algo que verías en una película de ciencia ficción.
No me hice otra resonancia magnética hasta 17 años después, en 2015, cuando mi endocrinólogo sospechó que tenía un tumor hipofisario. La exploración finalmente lo confirmó y me diagnosticaron la enfermedad de Cushing.
En mi experiencia, puede ser difícil lograr que su compañía de seguros de salud cubra una resonancia magnética y, sin esa cobertura, el procedimiento puede costar cientos de dólares. Aunque tenía un excelente seguro en ese momento, mi equipo médico tuvo dificultades para obtener la aprobación. Mi compañía de seguros no parecía entender que era un procedimiento de diagnóstico necesario, ya que otras pruebas ya habían descartado muchas condiciones posibles basadas en mis síntomas. A pesar de lo frustrante que fue la espera, estaba agradecido de tener fuertes defensores de mi lado que hablaron firmemente con la aseguradora.
Una vez que mi compañía de seguros finalmente aprobó la cobertura, mi resonancia magnética pituitaria tomó solo unos 45 minutos.
Existen dos tipos de resonancias magnéticas: con contraste y sin contraste. El contraste consiste en inyectar un tinte por vía intravenosa que puede dar a los médicos una visión más detallada de una determinada parte del cuerpo. Me han hecho ambos tipos, tanto antes de que se descubriera mi tumor hipofisario como durante mis seguimientos posteriores a la cirugía.
Durante mi primera resonancia magnética de contraste, tuve una reacción al tinte. Mi cuerpo comenzó a sentirse cálido, luego tuve muchas náuseas y, en cuestión de segundos, estaba vomitando. Afortunadamente, nunca más experimenté esta reacción.
Cuando llegó el momento de entrar en la máquina, un técnico me guió y me ayudó a levantarme. La máquina es como un tubo grande, y tienes que acostarte de espaldas dentro de él, lo que puede ser muy incómodo para algunas personas. Debido a mi aumento de peso, siempre fue un ajuste apretado, y permanecer quieto todo el tiempo fue un desafío.
No sufro de claustrofobia, pero puedo entender cómo afectaría a otros. Aquellos que luchan contra la ansiedad pueden tener ataques de pánico dentro de la máquina, pero su médico puede proporcionarles medicamentos para ayudarlos a relajarse.
Aunque me sentía incómodo, siempre trataba de meditar y le pedía al técnico que pusiera música para ahogar los sonidos fuertes que hace la máquina mientras toma imágenes. Una vez finalizado el procedimiento, los resultados se envían al médico solicitante.
Honestamente puedo decir que mi experiencia con las resonancias magnéticas no ha sido mala. No me gusta tener que vivirlo con frecuencia, pero he encontrado una manera de superarlo”.
El testimonio de Paris Dancy nos sitúa frente a la necesidad de conocer de cerca la naturaleza de un examen cada vez más frecuente y que, sin embargo, sigue suscitando inquietudes tanto a los pacientes como a sus familias. Revisamos algunos elementos sobre las imágenes por resonancia magnética. Una guía práctica para nuestros lectores.
¿Qué es una resonancia magnética?
Una resonancia magnética es una prueba segura e indolora que utiliza imanes y ondas de radio para generar imágenes detalladas de los órganos, los músculos, los tejidos blandos y las estructuras del cuerpo. A diferencia de una tomografía computarizada, una resonancia magnética no usa radiación.
Una IRM es una forma no invasiva para que los especialistas observen el interior de su cuerpo. No invasivo significa que no requiere que su médico le corte la piel o le ponga instrumentos dentro de su cuerpo. Las resonancias magnéticas se realizan en hospitales y centros de radiología.
¿Qué implica una resonancia magnética?
En la mayoría de las resonancias magnéticas, el escáner consta de un gran imán en forma de rosquilla con un túnel en el centro. Esto a veces se llama una “resonancia magnética cerrada”. Los pacientes se recuestan en una camilla que se desliza hacia el interior del túnel. Algunos centros tienen escáneres de resonancia magnética con aberturas más grandes (una “resonancia magnética abierta”), que son útiles para los pacientes a quienes no les gustan los espacios reducidos.
Durante la prueba, las ondas de radio y los imanes mueven temporalmente los átomos del cuerpo. Esto no se siente. Los movimientos son recogidos por una potente antena y enviados a una computadora. La computadora hace millones de cálculos, que generan imágenes trasversales del cuerpo, muy claras y en blanco y negro. Esas imágenes se pueden transformar en imágenes en tres dimensiones (3-D) de la zona escaneada. Esas imágenes ayudan a identificar problemas en el cuerpo.
A veces, las resonancias magnéticas ofrecen imágenes claras de partes del cuerpo que no se pueden ver con tanta claridad usando una radiografía, una tomografía axial computada o una ecografía.
¿Por qué se hacen las resonancias magnéticas?
Los profesionales a cargo del cuidado de la salud usan resonancias magnéticas para detectar una variedad de afecciones. Las resonancias pueden ver si hay problemas en los siguientes lugares:
Las resonancias magnéticas resaltan los contrastes en los tejidos blandos, lo que ayuda a los médicos a identificar problemas con las articulaciones, cartílagos, ligamentos y tendones. Las IRM también pueden asistir a los médicos a identificar infecciones y afecciones inflamatorias, y a descartar problemas como tumores.
¿Cuáles son los diferentes tipos de resonancias magnéticas?
Entre las resonancias magnéticas más comunes se incluyen las siguientes:
Imágenes del cerebro y la médula espinal
Los médicos utilizan la resonancia magnética para tomar imágenes del cerebro y la médula espinal. Una IRM puede ayudar a diagnosticar:
¿Es un examen seguro?
Sí, es seguro hacerse una resonancia magnética cuando se siguen las reglas apropiadas.
¿Existe algún proceso de revisión para el paciente?
Todo prestador de servicios de salud busca proteger al máximo su seguridad. El fuerte campo magnético utilizado para la resonancia magnética atraerá cualquier objeto en su cuerpo que contenga hierro.
Existe con este fin un proceso de selección que consta de dos partes. La primera tiene lugar antes del examen. La segunda ocurre el día del examen.
Antes de su examen, se le solicitará que llene un formulario, informando sobre su historial médico. Usted puede sentir que las mismas preguntas están siendo hechas más de una vez, pero eso suele ser parte del proceso de revisión para su total seguridad.
Por ejemplo, se insiste en anotar cualquier cosa que tengas dentro o fuera de su cuerpo con la que no hayas nacido. Esto incluye cualquier implante, marcapasos, clipes, filtros IVC, etcétera.
Si usted tiene algún documento médico sobre estos objetos, también llamado “registro de implantes”, cabe llevarlo a su cita.
¿Qué ponerse?
Muchos tipos de telas y zapatos contienen metal. Así que, para su seguridad, se le suele proporcionar una bata, pantalones y calcetines de hospital para que se los cambie antes de su examen. También se quitará cualquier joya, como pendientes, collares o pulseras.
¿Qué esperar durante el examen?
La máquina de resonancia magnética parece un tubo largo y estrecho que está abierto en ambos lados. En la sala de examen, le ayudarán a recostarse en una mesa acolchada y móvil, y a que se sienta lo más cómodo posible.
Su tecnólogo estará fuera de la habitación, pero usted tendrá la posibilidad de apretar una bombilla para comunicarse por medio de un micrófono, si fuese necesario.
Una resonancia magnética no duele, pero a algunos pacientes les resulta difícil permanecer inmóviles durante el examen. También es posible que escuche un fuerte ruido de golpeteo durante el examen, lo cual es normal; es solo la máquina haciendo su trabajo.
Para proteger su audición, se le proporcionará tapones para los oídos y auriculares. También es factible que se le permita elegir la música que desea escuchar durante el procedimiento de la resonancia magnética.
Su médico tratante puede solicitar una resonancia magnética de contraste (tinte), basado en la razón por la cual le están realizando la prueba. Se le puede administrar una bebida con el tinte dentro, o se le puede inyectar a través de una vía intravenosa (IV).
Una IRM puede durar entre 15 minutos y varias horas, dependiendo del tipo de examen que se realice. Es importante que permanezca quieto durante el proceso. Esto se debe a que cualquier movimiento puede desdibujar las imágenes. Eso significaría que deban volver a tomar las imágenes, y esto obviamente haría que su examen tome más tiempo.
Por favor, no deje de indicar a su médico si es claustrofóbico o tiene miedo de los espacios cerrados. Ellos pueden decidir si usted requiere medicamentos que le ayuden a relajarse para su examen.
¿Qué esperar después del examen?
Una vez terminado el examen, el tecnólogo le ayudará a levantarse y le indicará que puede dirigirse al vestuario a cambiarse de ropa y a recoger sus objetos de valor. Si no le han dado un sedante, podrá volver a su rutina normal de inmediato.
Fuentes: www.utmedicalcenter.org cushingsdiseasenews.com
En Gamma Knife Center Ecuador estamos empeñados en ofrecer una nueva esperanza de salud y bienestar a quienes han sido diagnosticados con tumores o lesiones cerebrales; y lo hacemos a través de nuestros servicios especializados de radiocirugía estereotáctica.
Visítenos y traiga consigo su resonancia magnética más reciente: la mejor herramienta es una imagen precisa, y poder confiar en la probada capacidad de los profesionales con mayor experiencia a nivel nacional. Operar con la más eficiente tecnología disponible en el país, nos convierte en su mejor aliado al momento de proporcionar una segunda opinión.
Para servirlo mejor, nuestro centro está debidamente acreditado ante la Red Pública Integral de Salud (IESS, ISSFA, ISSPOL, MSP) y de las principales aseguradoras privadas.
Gamma Knife®: el arte de curar sin invadir. Una década de actividad continua y más de 1.600 pacientes exitosamente atendidos son nuestra mejor carta de presentación. ¡Llámanos hoy mismo y separa tu cita!