A los adultos mayores que envejecen mejor que el resto y que a los 65 años están igual de lúcidos que a los 25 o que a los 80 conservan una memoria de alguien de 40 años se les llama superagers, término en inglés que se traduce al español como “superancianos”. Estas personas se caracterizan por una especial resiliencia a la neurodegeneración asociada con la edad.

El cerebro de la mayoría de las personas mayores se degrada con el tiempo, pero algunas igualan, o incluso superan, a individuos más jóvenes en las pruebas cognitivas. Factores como los años de escolaridad y el menor número de síntomas depresivos podrían ser clave de un envejecimiento saludable visible en ellos.

Con el objetivo de revisar los factores demográficos, de salud y conducta de estas personas, se han realizado numerosas investigaciones de carácter científico. Estas han revelado que su tejido nervioso (córtex cerebral) podría ser más grueso que el de los adultos mayores que envejecen a un ritmo normal. Es decir, que este en lugar de “adelgazar” con la edad por la pérdida de neuronas o materia gris, mantiene un grosor como el de una persona joven.

Un fenómeno ampliamente documentado

En algún momento en nuestros 20 o 30 años, algo comienza a cambiar en nuestros cerebros. Comienzan a encogerse un poco. La mielina que aísla nuestros nervios comienza a perder parte de su integridad. Se envían cada vez menos mensajes químicos a medida que nuestros cerebros producen menos neurotransmisores.

A medida que envejecemos, estos procesos aumentan. El peso cerebral disminuye en aproximadamente un 5% por década después de los 40. El lóbulo frontal y el hipocampo, áreas relacionadas con la codificación de la memoria, comienzan a reducirse principalmente alrededor de los 60 o 70 años. Sin embargo, esta es solo una realidad desafortunada: no siempre puedes ser joven, y las cosas comenzarán a romperse eventualmente. Esa es también parte de la razón por la cual algunas personas piensan que todos deberíamos esperar una vida que termine a los 75 años, antes de que los peores efectos del tiempo lleguen a liquidarnos.

No obstante, esto podría ser un aviso prematuro. Algunas personas con suerte parecen resistir estas fuerzas destructivas que trabajan en nuestros cerebros. En las pruebas cognitivas practicadas, estos superagers de 80 años se desempeñan tan bien o mejor que individuos de 20 años.

Si bien se estima que los adultos mayores con un alto desempeño cognitivo tienen una prevalencia del  5% en la población, los estudios resaltan la relevancia del estilo de vida en la identificación y predicción del cambio en la memoria asociada con el tiempo. “Hemos encontrado que las personas con alteraciones en la memoria también tienen una alta prevalencia de tabaquismo y alcoholismo. De igual manera, la hipertensión y la diabetes son factores muy relacionados a estos problemas”.

“Súperancianos”

Para averiguar qué hay detrás del fenómeno de los súperedad, los investigadores realizaron un estudio que examinó el cerebro y el rendimiento cognitivo de dos grupos: 41 adultos jóvenes entre 18 y 35 años, y 40 adultos mayores entre 60 y 80 años.

Primero, los investigadores administraron una serie de pruebas cognitivas, como la Prueba de aprendizaje verbal de California (CVLT) y la Prueba de creación de senderos (TMT). Diecisiete miembros del grupo de mayor edad obtuvieron puntuaciones iguales o superiores a las puntuaciones medias del grupo más joven. Es decir, estos 17 podrían considerarse superagers, desempeñándose al mismo nivel que los participantes más jóvenes del estudio.

Aparte de estos individuos, los demás miembros del grupo de mayor edad tendieron a desempeñarse en forma deficiente en las pruebas cognitivas. Luego, los investigadores escanearon los cerebros de todos los participantes a través de imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI), prestando especial atención a dos porciones del cerebro: la red de modo predeterminado y la red de prominencia.

La red en modo predeterminado es, como su nombre lo sugiere, una serie de regiones cerebrales que están activas de manera predeterminada; cuando no estamos involucrados en una tarea, tienden a mostrar niveles más altos de actividad. También parece estar muy relacionado con pensar en uno mismo, pensar en los demás, así como aspectos de la memoria y pensar en el futuro.

La red de prominencia es otra red de regiones cerebrales, llamada así porque parece estar profundamente vinculada a la detección e integración de estímulos emocionales y sensoriales sobresalientes (en neurociencia, la prominencia se refiere a cuánto algo sobresale en un proceso). Ambas redes también son extremadamente importantes para la función cognitiva general, y en los superagers, la actividad en estas redes fue más coordinada que en sus pares.

Cómo garantizar la salud del cerebro en la vejez

Si bien la investigación previa ha identificado algunas influencias genéticas sobre cuán “grácilmente” envejece el cerebro, es probable que haya actividades que puedan fomentar la salud del cerebro. “Esperamos identificar las cosas que podemos recetar a las personas que les ayudarían a parecerse más a un superager“, dijo Bradford Dickerson, uno de los investigadores de este estudio, en un comunicado. “No es tan factible que sea una píldora;  lo más probable es que sean recomendaciones de estilo de vida, dieta y ejercicio. Ese es uno de los objetivos a largo plazo de esta investigación: tratar de ayudar a las personas a convertirse en individuos que vivan plenamente una súperedad si así lo desean”.

Hasta la fecha, hay algunas pruebas preliminares de formas en las cuales pueden mantener su cerebro más joven por más tiempo. Por ejemplo, más educación y un trabajo cognitivamente exigente predice contar con habilidades cognitivas más altas en la vejez. En términos generales, el adagio de “úsalo o piérdelo” parece ser cierto. Tener un estilo de vida cognitivamente activo ayuda a proteger su cerebro en la vejez. Por lo tanto, puede ser tentador llenar tus años dorados con cerveza e ilimitadas repeticiones de tus series televisivas favoritas, pero es poco probable que te ayude a mantener una positiva ventaja frente a tus contemporáneos.

Además de estas formas intuitivas para mantener su cerebro sano, el ejercicio regular parece mejorar la salud cognitiva en la vejez, como mencionó Dickinson. La dieta también es un factor protector , especialmente para las dietas que contienen ácidos grasos omega-3 (que se pueden encontrar en el aceite de pescado); polifenoles (que se encuentran en el chocolate negro); vitamina D (yemas de huevo y luz solar); sin olvidar a la poderosa vitamina B (carne, huevos y legumbres). También hay evidencia de que tener una vida social saludable en la vejez puede proteger contra el deterioro cognitivo.

Para muchos, el deterioro físico asociado con la vejez es un efecto secundario esperado de una vida bien vivida. Pero la idea de que nuestro intelecto también se degradará puede ser una realidad mucho más aterradora. Afortunadamente, la existencia de superagers muestra que, al menos, no tenemos que aceptar el deterioro cognitivo sin luchar.

Fuente: un artículo de Matt Davis para el portal bigthink.com

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