Un diagnóstico de tumor cerebral es un evento que altera la vida. No hay una manera “correcta” de sentirse. Probablemente habrá días en los que esté optimista y positivo, y otros en los que sienta que su mundo se ha derrumbado.

La incertidumbre es uno de los aspectos más desafiantes del diagnóstico de un tumor cerebral. Incluso con el mejor pronóstico, es posible que se pregunte si el tumor regresará.

Muchas personas que viven con un tumor cerebral o que se están recuperando del tratamiento de su lesión experimentan cambios significativos en la forma en que funcionan a diario. De hecho, adaptarse a la “nueva normalidad” puede incluir hacer cambios en la forma en que usted come, las cosas que hace e incluso en sus fuentes de apoyo.

También puede significar repensar sus objetivos laborales y profesionales o ver su vida de manera diferente. A pesar de estos desafíos, muchas personas que viven con un tumor cerebral informan haber experimentado una profunda sensación de nuevo significado en sus vidas. Seguidamente, anotamos algunos consejos que le ayudarán a vivir saludablemente.

Dieta y nutrición

Cuando se le diagnostica un tumor cerebral y se somete a tratamiento, usted puede experimentar:

• Náuseas
• Vómitos
• Pérdida de apetito
• Cambio en el gusto
• Diarrea
• Estreñimiento

Si bien no siempre es fácil, tener una dieta saludable y balanceada puede combatir la fatiga, ayudarlo a sentirse mejor y mantener su cuerpo fuerte para que pueda sobrellevar más fácilmente los efectos secundarios del tratamiento. También puede ayudarlo a sanar y recuperarse más fácilmente.

Al crear un plan de dieta más saludable, analice sus hábitos alimenticios actuales con un dietista o nutricionista para desarrollar un plan que satisfaga mejor sus necesidades personales. Lo que funciona para una persona, puede no funcionar para usted. No se recomienda un cambio drástico en la dieta. Incluso los pequeños cambios pueden tener un impacto positivo en su salud.

Estos son algunos consejos dietéticos para combatir las náuseas cuando se vive con un tumor cerebral:

• Coma cantidades pequeñas y frecuentes en lugar de comer tres comidas grandes; lo que puede parecer desalentador cuando no tiene apetito o se siente mal del estómago, se atenúa si come de seis a ocho comidas más pequeñas durante el día.
• Elija alimentos suaves cuando tenga náuseas o diarrea; a saber: yogur, tostadas, plátanos, compota de manzana, huevos duros, papas, etcétera.
• Coma más alimentos ricos en calorías cuando se enfrente a la falta de apetito: yogur con toda la grasa, proteínas, barras o batidos de proteínas.
• Beba muchos líquidos a sorbos a lo largo del día.
• Coma en un horario y no ante señales de hambre inexistentes cuando padezca falta de apetito.
• Intente intercambiar alimentos cuando se enfrente a cambios en el sabor y el olor; por ejemplo, fruta fresca por enlatada, pollo por carne roja, pruebe algo nuevo.
• Agregue fibra a su dieta y manténgase hidratado cuando esté lidiando con el estreñimiento. Evite los alimentos que producen gases como los frijoles, el brócoli, la coliflor, la cebolla o el ajo.
• Ante el estreñimiento evite los jugos ácidos (tomate, naranja) y los alimentos grasosos y fritos; pruebe las galletas saladas y los pretzels, mantenga su nivel de potasio con bananas y bebidas deportivas.
• Hable con su médico y/o dietista sobre suplementos o cambios dietéticos específicos que sean beneficiosos para usted.

Consejos para una dieta más saludable

Una alimentación saludable consiste en el equilibrio general de su dieta durante semanas, meses y años, y es un equilibrio de proteínas, carbohidratos, líquidos, grasas saludables y frutas y verduras. Estos alimentos deben ser los que más disfrute. Incluya la mayor variedad posible.

Proteínas

La proteína es importante para el crecimiento y la reparación de todas las células de su cuerpo, incluidos los glóbulos rojos, los glóbulos blancos, los músculos y los factores inmunitarios. Durante los períodos de estrés (como la cirugía y el tratamiento) su cuerpo necesitará más proteínas.

Carbohidratos

Consisten en azúcares y alimentos ricos en almidón y proporcionan energía. Los alimentos ricos en almidón son una fuente importante de fibra y son importantes para mantener regular el sistema digestivo. Los cereales integrales son una excelente opción porque retienen todos sus nutrientes, incluida la fibra, los fitonutrientes, las vitaminas y los minerales.

Fluidos

Una buena hidratación es vital para que tu cuerpo funcione correctamente. Generalmente, se recomiendan de 6 a 8 vasos para una hidratación adecuada.

Grasas saludables (monoinsaturadas)

Las grasas proporcionan energía, absorben vitaminas y protegen sus órganos. Los ejemplos incluyen pescado azul (trucha, salmón, atún), aceite de oliva y canola, nueces y semillas, aguacate y aceitunas.

Frutas y vegetales

Los fitonutrientes ayudan a respaldar su sistema inmunológico y se encuentran en frutas y verduras. Es importante variar los colores de las frutas y verduras para variar la ingesta de fitonutrientes.

Consulte a un dietista autorizado y registrado

¿Interesado en aprender más? ¿Tiene un objetivo nutricional particular que está tratando de cumplir? Hable con su médico o considere una consulta personal con un dietista registrado

Ejercicio

Mantenerse activo puede ayudarlo a sentirse mejor, reducir la fatiga, fortalecerse y sobrellevar mejor los tratamientos y los efectos secundarios posteriores. No es necesario adoptar una rutina de ejercicios extenuantes para hacer esto. Pruebe con ejercicios suaves y de bajo impacto, como caminar, hacer jardinería o nadar. Vaya a su propio ritmo. Incluso cinco minutos de ejercicio suave pueden ayudar a:

• Aumentar la energía
• Mejorar la sensación de bienestar
• Mejorar la calidad del sueño
• Reducir el dolor

Además del ejercicio físico, prueba estos consejos y técnicas para gestionar el estrés y mejorar tu bienestar mental y emocional:

• Practique la atención plena y la meditación.
• Ejercite la relajación muscular progresiva. Concéntrese en tensar y relajar lentamente cada grupo muscular. Tense los músculos durante unos cinco segundos y luego relájese durante 30 segundos y repita.
• Forme imágenes mentales para realizar un viaje visual a un lugar o situación pacífica y tranquila. Incorpore tantos sentidos como pueda, incluidos el olfato, la vista, el oído y el tacto. Esto se conoce como visualización.
• Pruebe técnicas como respiración profunda, masajes, aromaterapia, musicoterapia, arteterapia, yoga, etcétera.
• Intente llevar un diario. Esto puede ayudarlo a expresar sus pensamientos y sentimientos, y también puede usarse para realizar un seguimiento de sus síntomas, medicamentos y citas.
• Participe en sus actividades favoritas o adopte un nuevo pasatiempo.

Abordar las necesidades médicas en curso

Es normal que los pacientes experimenten algunas preocupaciones y desafíos mucho después de su diagnóstico y tratamiento inicial. Algunos pacientes pueden desarrollar efectos secundarios meses o incluso años después de haber completado el tratamiento. Estos se conocen como “efectos tardíos”.

La quimioterapia, la cirugía y la radiación tienen el potencial de causar efectos tardíos. Adaptarse a la nueva normalidad puede ser frustrante y aislante, pero no está solo. Su equipo médico puede ayudarlo a comprender tales efectos, cómo tratarlos y ayudarlo a sopesar los beneficios del tratamiento frente a los riesgos.

Comprender los efectos tardíos comunes y qué buscar puede ayudarlo a usted y a sus seres queridos a estar mejor preparados para el futuro.

Fuente: un artículo publicado en el portal www.abta.org

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