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Síndrome del bebé zarandeado: la mala costumbre que provoca daño cerebral

El zarandeo de un bebé afectado por cólico del lactante o cualquier otra circunstancia que induzca el llanto y exaspere a los padres, provoca a veces lesiones cerebrales irreversibles e incluso la muerte.

Los pediatras lo identifican como síndrome del bebé sacudido, el cual también suele suceder cuando se trata de reanimar al pequeño ante una situación que el cuidador interpreta como una amenaza, tales como un ataque de tos o un posible atragantamiento, por ejemplo.

Cien casos al año es la cifra calculada para esta tragedia en España. Según datos de la Asociación Española de Pediatría (AEP), se producen de entre 20 a 25 casos por cada 100.000 menores de dos años en todo el mundo.

No se trata de un asunto menor y, de hecho, está reconocido como un problema de salud pública de primer orden por el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC).

En la web de este reconocido referente internacional, se habla del llamado traumatismo de cabeza por abuso de los niños (AHT, por sus siglas en inglés) para abarcar una serie de lesiones de los pequeños, que incluyen el síndrome de sacudida.

Acto seguido, se enumeran una serie de consejos para actuar de la forma adecuada ante el llanto inconsolable del pequeño, y se proporcionan los enlaces de diversas guías clínicas que recogen formas de actuación predefinidas para evitar lo peor.

Los consejos de la Asociación Nacional de Pediatría (AEP)

Por su parte, el portal de la AEP también recoge indicaciones para prevenirlo. Entre otras, se aclara que, si el bebé se queda “sin respiración” –por la razón que sea– no debe movérselo, sino “cogerlo en brazos colocándolo boca abajo o manteniéndolo sentado, inclinado hacia delante y sujetando la cabeza”. Y advierte que, en todo caso, “se le puede frotar la espalda o darle suaves golpes con la mano abierta” pero de ningún modo agitarle.

Respecto al llanto, sea por un cólico del lactante u otra causa, recomienda “intentar tranquilizarlo cogiéndolo en brazos, acariciándole y hablándole de forma suave o meciéndole”.

 

Fuente: redaccionmedica.com

 

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