Desde pequeños nos enseñan que beber agua es importante. De hecho, el cuerpo humano está compuesto aproximadamente por un 60% de agua. Pero, ¿conocemos realmente los beneficios que tiene para la salud? Además de mantenernos hidratados, el agua tiene muchos beneficios invisibles que ayudan a que nuestro cuerpo funcione correctamente. Según la Facultad de Medicina de Harvard, una persona sana promedio necesita beber entre cuatro y seis vasos de agua al día. ¿Sabes cómo toda esa agua funciona para nosotros? Repasamos seguidamente varios factores.

Regula la temperatura corporal

El agua es vital para mantener la temperatura del cuerpo humano en un promedio de 36 a 37 grados. El sudor está compuesto por un 99% de agua y un 1% de sal y grasa, razón por la cual el ejercicio y las temperaturas cálidas agotan el suministro de agua del cuerpo tan rápidamente.

Durante estas situaciones, la transpiración enfría el cuerpo a medida que el sudor se evapora de la piel, lo que te mantiene más cómodo. Sin embargo, también es esencial mantenerse hidratado cuando tienes frío. El agua redistribuye el calor por el cuerpo, manteniendo el núcleo y los órganos vitales más calientes que las extremidades en condiciones gélidas.

Regula la presión arterial

Aproximadamente el 90% del plasma sanguíneo se compone de agua, por lo que agotar el agua del cuerpo puede afectar en forma significativa al sistema circulatorio. La deshidratación puede provocar presión arterial baja o alta, según la persona.

Para que la deshidratación cause presión arterial baja, la pérdida de líquido provocará un volumen sanguíneo bajo porque la sangre es principalmente agua, lo que lleva a una presión más baja. Esto también puede provocar presión arterial alta a medida que el cuerpo reacciona para corregir la caída de presión. Esta sobrecorrección incluye la liberación de vasopresina (una hormona que equilibra los niveles de sodio para retener agua), pero también puede causar presión arterial alta al contraer los vasos sanguíneos. Darle a su cuerpo una cantidad adecuada de líquido a diario alivia los problemas de presión arterial alta y baja.

Ayuda a la digestión

Un mito común es que el agua diluye el ácido del estómago, lo que afecta negativamente a la digestión. No obstante, según las investigaciones, beber agua antes, durante o después de una comida siempre es una buena idea. El cuerpo descompone los alimentos de manera más eficiente si está adecuadamente hidratado, lo que le permite absorber completamente los nutrientes en el torrente sanguíneo y llevarlos a donde sea necesario.

Elimina residuos

Sin agua, nuestros cuerpos estarían llenos de toxinas dañinas. La orina humana contiene aproximadamente un 95% de agua y, sin orina, los riñones no tendrían forma de filtrar la sangre. A medida que la sangre ingresa a los riñones, se separan nutrientes y toxinas. Los nutrientes regresan al torrente sanguíneo y las toxinas se eliminan por la orina y se excretan.

El agua también ayuda a prevenir el estreñimiento al suavizar las heces, lo que acelera la eliminación de desechos del cuerpo. Mantener sus niveles de hidratación mantiene todos estos sistemas funcionando sin problemas.

Mejora el rendimiento físico

Beber suficiente agua mejora el rendimiento físico durante el ejercicio, los deportes y otras actividades diarias. El agua lubrica las articulaciones, disminuyendo las molestias durante la actividad física y reduciendo el riesgo de lesiones. También protege los tejidos y órganos de daños o lesiones al amortiguarlos.

Un error frecuente es creer que las bebidas deportivas son mejores que el agua después de hacer ejercicio. Para la mayoría de las personas, el agua por sí sola es suficiente para mantenerse hidratado después de una actividad moderada, y como bien sabemos esta viene sin calorías, azúcares ni sodio añadidos.

Las bebidas deportivas deben reservarse para actividades físicas intensas que duren un período prolongado. Una combinación de bebidas deportivas y agua repondrá los líquidos y electrolitos perdidos.

Mejora el rendimiento cognitivo y el estado de ánimo

Si tiene confusión mental o se siente desmotivado, intente beber un vaso de agua. Estar adecuadamente hidratado se correlaciona con una mejor función cerebral. Un estudio sobre los efectos de la deshidratación y la rehidratación reveló una caída en el rendimiento cognitivo mientras los participantes estaban deshidratados. Esto incluyó un aumento de la fatiga y una disminución del estado de ánimo general, la memoria a corto plazo, la atención y la reacción. Después de que los participantes se rehidrataron, todos estos problemas mejoraron.

Impacta la pérdida de peso

Según los expertos de la Universidad Johns Hopkins, el agua puede ayudar a una persona promedio a perder peso por varias razones. Aumentar la ingesta de agua puede cambiar la forma de comer. Actúa como un supresor natural del apetito, lo que disminuye los casos de comer en exceso. Tampoco contiene calorías ni azúcares, por lo que sustituir los refrescos y los jugos por agua podría favorecer la pérdida de peso.

El agua también mantiene al cuerpo funcionando de modo correcto tanto física como mentalmente, lo que conduce a un ejercicio más eficaz y a una disminución de los niveles de cortisol.

Fuente: un artículo de Raquel Gresh publicado en el portal betterreport.com

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