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Día Mundial del Cáncer

Como cada año, el 4 de febrero se conmemora el Día Mundial contra el Cáncer.

El cáncer es un problema de primera magnitud, ya que afectará a uno de cada tres hombres y una de cada cuatro mujeres a lo largo de la vida. No obstante, hay un mayor número de curaciones y aumento en la supervivencia de los principales tumores gracias a los avances científicos y tecnológicos fruto de la investigación, y que se incorporan periódicamente a la práctica clínica. Por ejemplo, actualmente, dos de cada tres personas con cáncer viven más de cinco años tras el diagnóstico.

Es una enfermedad que afecta íntegramente al individuo: en su salud física, en su ámbito social, en su aspecto emocional y psicológico, en su rol familiar, en su espectro laboral, etcétera. Esto ocurre desde el momento mismo de la aparición de los primeros síntomas, durante todo el proceso e incluso podríamos decir que antes de que la enfermedad se declare. No solo se ve afectada la persona que padece la enfermedad, sino que todo su entorno familiar la sufre con él.

Cada año se le diagnostica cáncer a más de 12 millones de personas y 7,6 millones fallecen por esta enfermedad. Si no se adoptan medidas, se prevé que en el año 2030 la cifra total de nuevos casos de cáncer diagnosticados llegue hasta los 26 millones, y que la cifra de muertes alcance los 17 millones, presentándose el aumento más acelerado en los países de bajos y medianos recursos.

La parte positiva de este escenario es que los expertos estiman que un 40% de los cánceres se pueden prevenir con medidas sencillas, dentro de las que podemos mencionar:

  1. Dejar de fumar y evitar la exposición pasiva al humo del tabaco. El tabaco constituye actualmente la principal causa de cáncer prevenible a nivel mundial. Fumar provoca entre el 80% y el 90% de todas las muertes por cáncer de pulmón y cerca de un tercio de todos los fallecimientos incluido el cáncer de boca, laringe, garganta y estómago
  2. Reducir el consumo de alcohol. El consumo de alcohol aumenta el riesgo de sufrir cáncer de boca, garganta y laringe, mama, intestino e hígado.
  3. Evitar la exposición excesiva a los rayos solares. Recibir pequeñas cantidades de luz solar es esencial para que nuestro cuerpo produzca vitamina D. Sin embargo, la exposición excesiva a los rayos solares o a fuentes artificiales de radiación ultravioleta, como las cabinas de bronceado, aumenta el riesgo de padecer todos los tipos de cáncer de piel.
  4. Realizar actividad física de forma habitual. Se estima que la falta de actividad física está detrás de un 25% de los casos de cáncer de mama y colon en todo el mundo.
  5. Llevar una dieta saludable. Los estudios indican que cada porción diaria (80-100 g) de fruta o verdura reduce un 20% el riesgo de padecer cáncer de boca y un 30% el riesgo de cáncer de estómago. Una ingesta elevada de fibra (un promedio de 27 gramos/día) se asocia a un 20% menos de riesgo de padecer cáncer de intestino, mientras que la carne roja y procesada aumenta el riesgo de padecer este tipo de cáncer.
  6. Mantener un peso adecuado. Existen pruebas convincentes de que el sobrepeso o la obesidad (cuando el índice de masa corporal en un adulto se sitúa entre 25 y 30) aumenta el riesgo de desarrollar cáncer cérvico uterino, riñón, esófago, estómago, colon y mama (en mujeres posmenopáusicas), próstata, vesícula biliar y páncreas.
  7. Protegerse contra las infecciones que provocan cáncer. Aunque el cáncer en sí no es una enfermedad infecciosa, casi un 22% de las muertes por esta enfermedad en los países en vías de desarrollo y un 6% en los países industrializados, están provocadas por infecciones crónicas, como el virus de la hepatitis B o C (que provoca cáncer de hígado), el virus del papiloma humano (que provoca cáncer cérvico uterino) y la bacteria Helicobacter pylori, que aumenta el riesgo de cáncer de estómago.

Fuentes: www.aecc.es/es   www.paho.org/ecu   www.uicc.org

En Gamma Knife Center Ecuador hablar de prevención, implica ir un paso adelante realizando aquellos controles que aseguren un diagnóstico temprano, que den la positiva señal de alerta que derive en una acción pronta y eficiente; todo lo cual nos ha permitido alcanzar una alta supervivencia en nuestros pacientes.

La causa de los tumores cerebrales es conocida: el azar. Evitarlos es imposible. Urge que ante casos asociados al cáncer de mama, colon, hígado, pulmón, leucemia e incluso de melanoma, se sume a la batería de exámenes una evaluación neurológica por la predisposición al aparecimiento de metástasis en este vital órgano.

Juntos podemos prevenir, detectar oportunamente y tratar con éxito el cáncer. ¡Emprender la tarea comienza contigo!

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