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Cómo lidiar con la incertidumbre del cáncer o de un tumor cerebral

Martha Carlson vive en Illinois y fue diagnosticada con cáncer metastásico de mama en enero de 2015. Tiene un esposo y tres hijos, de entre 12 y 18 años, un perro y un lagarto. Ella comparte su historia, y es similar a la de muchos pacientes con enfermedades catastróficas tales como el tumor cerebral.

Una dolorosa vivencia común

Recientemente, un amigo mío ha sido introducido a un elemento esencial del mundo del cáncer metastásico: la incertidumbre. Aunque no tiene cáncer, su equipo médico se ve obstaculizado por un cambio en su salud, y todo lo que puede hacer es esperar y ver.

Vivir en un mundo de “esperar y ver” es difícil. Con el cáncer, y especialmente con el cáncer metastásico, la incertidumbre invade y exige una respuesta. Afecta las decisiones sobre la salud, sí, pero también aquellas acerca de la familia, las vacaciones y el gasto. Nombra un tema y puedo garantizarte que el cáncer de mama metastásico o de cualquier tipo entra en la combinación de variables que te conducen en forma invariable hacia la toma de las mejores decisiones posibles.

La mayoría de las personas que conozco no viven con mi constante nivel de incertidumbre. Tenemos hogares, alimentos adecuados, algún tipo de atención médica, amigos o familiares cariñosos. Sin embargo, cuando te empujan al mundo en el que vivo todos los días, incluso si es solo por una breve visita, da miedo, afirma Martha.

Cinco técnicas para sobrevivir cuando “esperar y ver” es la única opción

He aquí algunas premisas sobre cómo hacerle frente a este flagelo emocional y algunas fórmulas concretas que Carlson propone para poder salir adelante.

1.- Obtenga toda la información acerca de su dolencia

Mi propio esposo me instó a permanecer fuera de internet en los primeros días de mi diagnóstico, y para algunas personas ese es el consejo correcto. Para otros, como yo, solo sirve para aumentar la ansiedad. Tomé muy en serio su advertencia de que “cuando algo está en la web, está desactualizado”, y me tranquiliza el hecho de que incluso lo que aprendí es malo o simplemente no fue la última palabra.

Hay mucha información y es fácil sentirse abrumada. No obstante, me tranquilizó mucho mi nuevo conocimiento. Comprendí de inmediato la importancia que para mí tiene el contar con información básica que me ayudaría a escoger y aceptar las opciones que iba a enfrentar.

2.- Conozca sus propios hechos

Si la web y otros recursos me ayudan a manejar la incertidumbre de mi diagnóstico general, estar al tanto de mis propios datos personales me ayuda a enfrentar los detalles. Me gusta saber qué está pasando con mi cuidado y leo mi portal para pacientes cada vez que se publica algo nuevo. Quiero tener una copia de las notas de mi oncólogo después de revisarlas junto a él en consulta. Presto atención a lo que el radiólogo escribe sobre placas y resonancias.

A veces la información es difícil de obtener y en otras me hace darme cuenta de que necesito tomar mejores decisiones; pero siempre me da la oportunidad de entender más claramente que es una forma segura de reducir la incertidumbre que puede llegar a abrumarme, sobre todo cuando siento que he sido mantenida al margen de algún aspecto concreto de mi cuidado.

3.- No es “o uno u otro”

A pesar de lo que se siente, la mayoría de nosotros no vivimos con total incertidumbre o completamente sin ella. Todos los días, todos experimentan y sobrellevan algo que alimenta sus sentimientos de incertidumbre.

Si bien mi línea de base es mucho más alta que la de mis amigos, tengo en cuenta que he estado aquí antes. Me he enfrentado a tres años y medio de exámenes, análisis de sangre, citas innumerables y conversaciones; y aunque es estresante vivir de esta manera, sé que puedo hacerlo porque ya lo hice.

4.- Desactivar la actitud de lucha o vuelo

La incertidumbre conduce a la ansiedad, y esta a la respuesta de lucha o huida. Mi ritmo cardíaco aumenta, mi respiración cambia, mis brazos hormiguean. Existen formas comprobadas de reducir sus poderosos efectos fisiológicos, las cuales pasan por la meditación, la atención plena, el movimiento (yoga) y la terapia.

Si siento muy real la respuesta de luchar o huir –al punto de que se convierta en un ciclo que aumenta mis sentimientos de ansiedad–, presto atención de inmediato. Mi primer paso será cerrar los ojos y respirar profundamente; escucho lo que me rodea y luego uso las técnicas de meditación que aprendí cuando era niña, seguidas de simples movimientos de brazos del Qi Gong (Chi Kung), los cuales me suelen proporcionarme una sensación de tranquilidad.

5.- No dejes de vivir

Me he visto congelada por la incertidumbre, incapaz de hacer la actividad menos consecuente porque estaba atrapada entre la ansiedad y el miedo que es mi característica distintiva de vivir con cáncer.

Sé que sentir arrepentimiento por hacer planes para los meses venideros a partir de ahora resulta mucho más fácil que quedarme en casa –a medida que pasa el tiempo–; sin embargo, sé también que lo que realmente experimento es miedo. Extrañamente, temo que el cáncer se interponga en el camino, y tengo miedo también a salir del mundo pequeño que el cáncer metastásico a veces parece haber formado para mí, en una suerte de mundo paralelo en donde la incertidumbre prospera.

Por todo ello, casi siempre respondo que sí a lo que puedo y me esfuerzo por ser parte activa de la vida de mis seres queridos.

 

Fuente: un artículo de Martha Carlson para Cure Today

 

Desde 2011, Ecuador se suma al mapa mundial de las radiocirugías cerebrales avanzadas, al contar con el innovador tratamiento Gamma Knife®: una alternativa confiable y segura que abre nuevas posibilidades para el eficaz tratamiento de numerosas afecciones neurológicas.

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