Limpiar su hogar es a menudo una tarea desapercibida y poco conocida. Sin embargo, una casa limpia puede ayudar a prevenir la propagación de infecciones. Eso es bueno para todos bajo su techo, pero es particularmente importante cuando está cuidando a alguien con cáncer.

Como cuidador, usted ya tiene mucho en su plato. Aproveche al máximo su tiempo centrándose en limpiar áreas clave de su casa. A continuación, se incluyen algunos aspectos que debe considerar sobre el aseo de su hogar mientras cuida a alguien con una enfermedad de riesgo. Asegúrese también de hablar con el equipo médico a cargo del paciente (oncólogo o especialista de cabecera) para conocer de primera mano si hay recomendaciones específicas sobre la limpieza u otras pautas de atención domiciliaria, basadas en las necesidades y el plan de tratamiento de su ser querido.

Por qué un hogar limpio es importante para una persona con cáncer y sus cuidadores

Tu casa es tu santuario. Es un lugar donde su ser querido puede descansar y sanar. Mantener su casa limpia puede ayudar a mantener una sensación de control durante un momento incierto. Como se mencionó anteriormente, también previene la propagación de enfermedades, lo cual es especialmente importante para las personas con cáncer.

La quimioterapia, la radioterapia y otros tratamientos pueden debilitar el sistema inmunológico del cuerpo. Ciertos cánceres que se diseminan a los huesos u otros órganos vitales también pueden devastar su sistema inmunológico. Por lo tanto, las personas con cáncer pueden ser más susceptibles a enfermedades e infecciones. Puede ser difícil combatir cosas como un resfriado, la gripe o una intoxicación alimentaria.

La limpieza también puede ayudar a proteger a todos en el hogar de la toxicidad de ciertos fármacos que su ser querido puede estar recibiendo, como la quimioterapia, que pueden permanecer en los fluidos corporales hasta por siete días. Por eso, querrá tener especial cuidado al limpiar lugares como el inodoro o al lavar la ropa. Pregúntele al médico u otro miembro del equipo de apoyo sanitario sobre las precauciones especiales necesarias para cada uno de los medicamentos recetados para su ser querido.

Primera área de enfoque: tus manos

Probablemente no considere sus manos como parte de su hogar. Sin embargo, sus manos tocan casi todo en su casa. Desde el momento en que entra por la puerta, sus manos pueden traer gérmenes del exterior a su hogar. Puede esparcirlos tocando elementos compartidos en el hogar, como encimeras, el control remoto, pantallas, manijas del lavabo e inodoro y electrodomésticos.

Por eso es importante lavarse las manos con agua y jabón con frecuencia. Pídale a los niños, visitantes y trabajadores de atención médica domiciliaria (enfermeros y terapistas) que hagan lo mismo. También debe intentar limpiar las áreas de alto contacto con regularidad, como su teléfono, tabletas, controles remotos, pomos de puertas e interruptores de luz, que pueden ser fáciles de olvidar. La mayoría de las veces, puede usar agua y jabón regulares y/o toallitas desinfectantes para el hogar. Siga las instrucciones de las toallitas, ya que algunas requieren que la superficie permanezca húmeda durante 10 minutos completos. Además, consulte las instrucciones para conocer la mejor manera de limpiar sus dispositivos electrónicos específicos.

Pequeños pasos para ahorrar tiempo

Puede parecer obvio, pero la forma más rápida de limpiar es de arriba a abajo en una habitación. Si limpias el piso antes de limpiar las encimeras, es posible que tengas que volver a fregar.

Intente limpiar y organizar sobre la marcha. Limpiar inmediatamente después de una cena grasosa es más fácil que limpiar la grasa acumulada al día siguiente. Organizar y ordenar hará que las tareas de limpieza sean más rápidas porque no tendrá que mover tantos elementos cada vez.

Mantenga todos sus productos de limpieza en un área segura y funcional para echar mano de ellos en cuanto surja la necesidad o tenga el tiempo para iniciar una faena más detallada de desinfección. No sienta que tiene que limpiar toda la casa cada vez. Priorice las habitaciones que usted y su ser querido suelen usar más, como la cocina, el baño y el dormitorio.

Limpieza de la cocina

En su cocina, un objetivo principal es prevenir las enfermedades transmitidas por los alimentos; estas son causadas por bacterias, virus o productos químicos en alimentos o bebidas. Las enfermedades transmitidas por alimentos también se denominan intoxicación alimentaria.

Es posible que algunos alimentos ya contengan bacterias cuando los compras en la tienda. Por ejemplo, la carne cruda, los mariscos, los huevos o los productos frescos. Otras veces, las bacterias o los virus pueden propagarse de sus manos a los alimentos durante la preparación. Estos incluso pueden luego transferirse a las superficies de la cocina.

Trate de lavar todas las superficies de la cocina con agua tibia y jabón antes y después de preparar la comida. Las bacterias pueden vivir en las superficies durante más tiempo de lo que usted cree. Por ejemplo, la salmonela sobrevive hasta 32 horas en superficies, según el Departamento de Agricultura de los EE. UU. (USDA) .

Luego, desinfecte las superficies después de la preparación de los alimentos para matar las bacterias sobrantes. Hay diferentes limpiadores desinfectantes domésticos disponibles, o puede hacer un desinfectante casero con una pequeña cantidad de blanqueador en un galón de agua siguiendo las instrucciones del fabricante del cloro. El blanqueador no se recomienda para todas las superficies, así que verifique que sea seguro usarlo en el área que desea limpiar primero. A menudo, debe esperar una cierta cantidad de tiempo para que los limpiadores domésticos funcionen, así que tenga paciencia. Deje reposar la solución y luego seque.

Es útil recordar que las encimeras no son las únicas superficies de su cocina. Las manijas de los refrigeradores, las puertas de los microondas, las tapas de los botes de basura y los grifos también deben lavarse y desinfectarse. Puede ser una sorpresa, pero las esponjas de cocina suelen tener la mayor concentración de bacterias en toda la casa. Un estudio reciente mostró que las esponjas desinfectadas no contenían menos bacterias que las esponjas no desinfectadas. Por lo tanto, es aconsejable reemplazar regularmente la esponja por una nueva. También debe lavar paños de cocina todos los días o cada dos jornadas de uso, y tratar de fregar el piso de la cocina semanalmente con un trapeador limpio.

Finalmente, limpie el interior del refrigerador y los estantes semanalmente, y elimine los derrames dentro del refrigerador tan pronto como ocurran. También asegúrese de colocar en bolsas dobles la basura que pueda contener fluidos corporales si su ser querido está recibiendo quimioterapia u otros medicamentos contra el cáncer.

Limpiando el baño

Los medicamentos contra el cáncer, como la quimioterapia, pueden permanecer en el cuerpo de una persona hasta por siete días, por lo que los pacientes que reciben este tipo de tratamiento y sus cuidadores deben tomar precauciones adicionales para limpiar las superficies que puedan tener sangre, vómito, orina, sudor o cualquier otro fluido corporal. Estas superficies se encuentran a menudo en el baño.

Los inodoros, por ejemplo, pueden albergar bacterias y virus, así que trate de limpiar el suyo una vez a la semana. Asegúrese de usar guantes dobles que puedan mantener sus manos seguras cuando limpie el inodoro o cualquier líquido corporal. Para desinfectarlo, vierta lejía u otra solución de limpieza en su inodoro de acuerdo con las instrucciones del fabricante; cepille bien los lados y el borde, y luego déjelo reposar durante unos minutos. Rocíe un limpiador doméstico en el exterior, el asiento y el mango del sanitario que se emplea para bajar la válvula, y deje reposar el detergente durante el tiempo recomendado. Luego límpielo prolijamente.

Cada semana o dos, intente limpiar todas las superficies de su baño. Limpia tu lavabo, ducha y encimeras de cepillos de dientes, botellas y otros artículos. Rocíe limpiador doméstico en sus fregaderos, grifos y encimeras. Haga lo mismo con las superficies de su ducha o bañera. Espere, luego seque con un paño.

Cuelga tu alfombra de baño después de cada uso para que se seque completamente. Además, trate de trapear el piso del baño durante su limpieza semanal o quincenal. Cuando tenga tiempo, sacuda y lave las alfombras y tapetes de baño.

Las bacterias también pueden crecer en las toallas, especialmente cuando se mantienen en lugares oscuros y húmedos. Por lo tanto, lave las toallas semanalmente o con mayor frecuencia en agua tibia o caliente.

Consejos de lavandería

En general, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los EE. UU. (CDC) recomiendan lavar y secar las sábanas, la ropa y las toallas a la temperatura más cálida indicada en la etiqueta. Se pueden usar lejía y otras soluciones cloradas para desinfectar aún más la ropa, dependiendo de la tela. Consulte la etiqueta para ver qué detergentes y aditivos pueden ayudar a limpiar sin dañar su ropa.

Si su ser querido está recibiendo quimioterapia u otros medicamentos similares, lave su ropa, incluidas las sábanas y toallas, por separado del resto de la ropa de su hogar. Si no puede lavarlos de inmediato, colóquelos en una bolsa de plástico hasta que pueda darles el tratamiento de lavado que demandan. Recuerde siempre lavarse las manos con agua y jabón después de lavar la ropa de esa persona, en caso de que haya tenido contacto con fluidos corporales en la tela.

Limpiar los desechos de tu mascota

Los excrementos de las mascotas pueden propagar enfermedades en el hogar. Si tienes un gato, intenta cambiar la caja de arena a diario y evita mantener la caja de arena en un área donde cocines o comas. Si tiene un pájaro u otra mascota en una jaula, intente cambiar el forro de la jaula todos los días. Limpie y desinfecte los accidentes de mascotas de inmediato y lávese bien las manos una vez que haya terminado.

Contratación o coordinación de ayuda

Si está dentro de su presupuesto contratar un servicio de limpieza, este apoyo puede resultar un auténtico alivio para los cuidadores en su faena cotidiana. Otra opción es solicitar ayuda a amigos o familiares cercanos con las tareas de limpieza. A menudo, muchos de ellos buscan formas prácticas y significativas de asistirlo a usted y a su ser querido.

Fuente: un artículo publicado en el portal www.cancer.net

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