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Si un tumor cerebral no es canceroso, ¿por qué hacer algo al respecto?

Al mismo tiempo, puede que no sea seguro extirpar todo el tumor. Podría tocar o encerrar vasos sanguíneos u otras estructuras críticas, como los nervios, y tratar de extirpar todo el tumor podría dañar esas estructuras.

Los tumores cerebrales malignos y benignos (no cancerosos) tienen síntomas similares. Pueden causar convulsiones o problemas neurológicos, como parálisis y dificultades del habla. La diferencia entre los dos es que los tumores malignos son cancerosos y pueden diseminarse rápidamente a otras partes del cerebro, enviando células cancerosas al tejido circundante. Los tumores benignos pueden crecer, pero no propagarse.

No hay forma de saber a partir de los síntomas únicamente si un tumor es benigno o maligno. A menudo, una resonancia magnética (IRM) puede revelar el tipo de tumor, pero en muchos casos se requiere una biopsia.

Si le diagnostican un tumor cerebral benigno, no está solo. Para citar un ejemplo, en los EE. UU., alrededor de 700.000 estadounidenses viven con un tumor cerebral, y el 80% de los tumores cerebrales primarios (tumores que comenzaron en el cerebro y no se diseminaron desde otra parte del cuerpo) son benignos. Pero si un tumor no es canceroso, ¿hay que hacer algo al respecto?

“Incluso un tumor benigno que está creciendo dentro de la cabeza es potencialmente peligroso”, afirma Robert Fenstermaker, MD, presidente de neurocirugía en Roswell Park Comprehensive Cancer Center. “Hay mucho espacio dentro del cráneo y el cerebro ocupa la mayor parte. Incluso si un tumor cerebral es benigno y crece lentamente, eventualmente el cerebro no podrá tolerarlo y se desarrollarán síntomas que pueden poner en peligro la vida”.

La mayoría de los tumores benignos se tratan con cirugía, radiación enfocada o una combinación de ambas. “Cada vez más, estamos descubriendo que una combinación es mejor que cualquiera de las dos por sí sola. Si un tumor es grande, es difícil tratarlo solo con radioterapia. La cirugía ayudará a reducir el tamaño del tumor”, señala el doctor Fenstermaker.

“Al mismo tiempo, puede que no sea seguro extirpar todo el tumor. Podría tocar o encerrar vasos sanguíneos u otras estructuras críticas, como los nervios, y tratar de extirpar todo el tumor podría dañar esas estructuras. Lo que estamos haciendo es reducir el tamaño de esos tumores con cirugía y luego tratarlos con radiación enfocada, como la radioterapia Gamma Knife, para controlar lo que queda”.

En algunos casos, el tratamiento puede incluso no ser necesario. Cada paciente es diferente. Cada caso depende del tamaño del tumor y de la edad del paciente y de la aparición de síntomas. “Si un paciente es mayor y el tumor es pequeño, es posible que simplemente controlemos al paciente con resonancias magnéticas anualmente para confirmar que el tumor no está creciendo. Por lo tanto, es posible que no necesite tratarlo, siempre y cuando se realice un riguroso seguimiento”, explica el doctor Fenstermaker.

Él enfatiza que, si se necesita tratamiento, resulta importante que cada paciente y su familia busquen el apoyo profesional de un centro oncológico integral o bien de un centro especializado en la atención de tumores cerebrales.

“Tratamos el cáncer de cerebro, pero también tratamos los tumores cerebrales benignos. Cada tratamiento involucra el mismo conjunto de habilidades. La pregunta que debe hacerle a su neurocirujano no es necesariamente: ‘¿cuántos tumores de este tipo en particular ha extirpado?’ sino ‘¿cuántos tumores ha extirpado o tratado?’”, dice Fenstermaker.

“Además, como paciente, es importante que esté expuesto a una variedad de opciones de tratamiento. Estos incluyen cirugía, radioterapia y, en algunos casos, quimioterapia”.

Siempre existe el riesgo de complicaciones durante la cirugía, y los pacientes pueden correr el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular durante la extirpación de un tumor cerebral. Además, puede ocurrir una inflamación temporal del cerebro después de la cirugía o la radioterapia enfocada.

La mayoría de los pacientes ven una mejoría en sus síntomas poco después del tratamiento de sus tumores benignos. “La gran mayoría de las personas a las que se les extirpan los tumores cerebrales funcionan mejor después del tratamiento que antes”, apunta Fenstermaker. “Existen riesgos para las funciones neurológicas vitales que no se pueden reducir a cero, pero el tratamiento moderno de los tumores cerebrales es un gran avance y beneficia enormemente a la mayoría de los pacientes”.

Fuente: un artículo publicado en el portal www.roswellpark.org

 

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